Mi experiencia viviendo con rosácea y piel - muy sensible-
Este va a ser un blog más bien personal, ¿Sabían que a mi me decían "la toma-chetes"? por mis cachetes rojos como un tomate. Así me pasé la universidad y, la verdad, para ese entonces ya me lo tomaba bien cómico. Hasta me gustaba, pero para llegar a eso, uf, ¡lo que tuve que pasar!
Aprender, a punta de trancazo - o mejor dicho - de episodios de activación, que nuestro organismo es TAN complejo y TAN completo, que atribuirle una causa y por ende un tratamiento a algo que nos pasa, pues por ahí no va. Y aquí te va un poco de lo que leí y aprendí que hay mucho más allá de tener unos cachetes rojos...
- Glándula sebácea aumentada de tamaño. Por lo que su producción de grasa es mayor. A simple vista podemos apreciar poros dilatados y grasa en la superficie de la piel.
- Inflamación. La barrera de protección cutánea está alterada, por eso se manifiesta con enrojecimiento (eritemas) y, en ocasiones, pápulas y/o pústulas. La piel se vuelve sensible y deshidratada, por eso aparece la sequedad y tirantez en el rostro. Para contrarrestarlo se ha de reforzar la función barrera.
- Dilatación de los vasos sanguíneos. Los pacientes de rosácea tienen los vasos sanguíneos del rostro más dilatados que otras personas, por eso les afecta más todo lo que provoque una dilatación natural de los mismos.
- Presencia Ácaro Demodex. Tienen más presencia de lo habitual, ya que es un ácaro que se encuentra de forma natural en la superficie de nuestra piel. Este ácaro influye en la inflamación y en la alteración de la función barrera.
No les voy a mentir que a veces tanta información me abrumó, y empecé a tenerle terror a todo, a bailar, al maquillaje, a hacer deporte, a “pasar verguenza” por que se me iba a activar la rosácea, no comía picantes, ni pimienta, por el terror de la rosácea. Mejor me metía en una cueva y ya. Y fue poquito a poco que aprendí a mejorar mi calidad de vida, solo eso. Si identificaba los elementos desencadenantes podría mejorar las reacciones de mi rosácea. A pesar de saber que, en la mayoría de las ocasiones, los brotes suelen ser repentinos, de un momento a otro, esto se debe a que nuestra piel ha sufrido un cambio al estar expuesta a alguna causa o elemento que la ha alterado.
Empecé a llevar un diario, que no me duró más de dos meses, para qué les voy a mentir, pero SÍ me ayudó a hacerme consciente de lo que hacía, y de cómo me sentía, porqué sí, ni el baile, ni el picante, gatillaban tanto mi rosácea como mi descanso y mi estado emocional, me explotó la cabeza cuando empecé a atar cabos.
Y por último, para no aburrirlos tanto:
En este camino, Rosácea significa tenacidad, constancia y respeto.
Tenacidad. Debemos tener cuidados diarios, pues sólo así podremos controlarlo. Llegando, en la mayoría de los casos, a tenerla estabilizada.
Constancia. No podemos olvidar ninguna de las pautas que debemos seguir, son una serie de pasos, todos importantes, que nos llevarán a alcanzar nuestros objetivos.
Respeto. Por las indicaciones que nos den nuestros especialistas, por seguir nuestra rutina, por crearnos hábitos saludables. Respeto sobre todo por uno mismo.
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